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Estela Tuku: "el pelo es pelo y en mi caso crece afro"

peinando el pelo afro

Estela Tuku
23 años
Siempre ha llevado su cabello natural

"Yo he tenido el pelo natural toda mi vida y durante unos años sí que llevé el pelo afro por motivos ideológicos y políticos.

No obstante, ahora mismo llevo el pelo afro porque me parece un acto reivindicativo para conmigo misma, el aprender a sentirme guapa e igual de femenina con él y con otros estilos".

A lo largo de los años han existido diferentes movimientos sociales, que han utilizado el cabello afro como un símbolo de lucha. Entre ellos, Black is Beautiful : un movimiento que nace en los años sesenta, con el objetivo de enaltecer los rasgos físicos de la población negra. 

De esta manera, se proclama la estética afro como un símbolo político e identitario para aquellas mujeres que se ven sometidas a una presión constante, para ajustarse a unos cánones de belleza eurocentrados que no las representa. Y que, en muchas ocasiones, son imposibles de materializar. Por lo que, para algunas mujeres, llevar el pelo afro en su naturalidad es un acto reivindicativo para reconciliarse con su identidad. 

Estela Tuku es una mujer afrodescendiente, de origen ecuatoguineano y san tomense que siempre ha llevado su cabello natural, sin someterlo a ningún tipo de alisado permanente.  

​Afirma que en su casa ha tenido mucha suerte, ya que siempre ha contado con el apoyo de su madre. Y que, además, desde pequeña se le ha animado a ella y a su hermana a llevar el pelo afro con naturalidad, sin darle más importancia de la que tiene. “Pelo es pelo y en nuestro caso nos crece afro", sentencia.

María CarvalhoMadre de Estela
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"La gente no debería cuestionarse algo que es innato en uno mismo"

En esta línea, insiste el escritor Kobena Mercer. Recuerda que el cabello responde a la lógica natural, como elemento sin ninguna carga social; atribuido meramente a la naturaleza con la que nacen las personas. Y que, desafortunadamente, ya no puede ser entendida así. A día de hoy, llevar el pelo afro te posiciona ideológicamente. 

A pesar de ser conscientes de que “pelo es pelo”, la realidad es que hay un gran estigma alrededor del cabello afro. Y las personas que deciden llevarlo se ven obligadas a lidiar con situaciones discriminatorias e incómodas, provocando que llevar el pelo natural resulte agotador, en muchas ocasiones. 

 

El entorno es un factor determinante en la construcción de la identidad

En el caso de Estela, en su entorno familiar encontró el empoderamiento y 

el apoyo. Sin embargo, en el entorno social encontró todas las inseguridades 

que puede tener a día de hoy respecto a su cabello.

Alrededor del cabello afro

“Muchas veces me digo uf, si llevo el pelo suelto a este sitio me tengo que comer los comentarios, tengo que comerme las miraditas. Creo que prefiero llevar un moño o hacerme un par de trenzas y ya está.” dice Estela.

Aun así, asegura que inmediatamente reconoce de dónde proviene ese pensamiento y lo erradica completamente. 

 

Llegar al punto de conciencia donde puedes analizar un pensamiento y calificarlo como negativo para tu relación contigo misma, en ocasiones, puede ser complicado y requiere de mucha introspección. 

Pertenecer a un colectivo antirracista fue lo que finalmente ayudó a Estela a identificar los tipos de pensamiento que debía erradicar. “Yo me adherí a un colectivo antirracista en el cual aprendí mucho y pude ser consciente de muchos sesgos que tenía en mí, en mi vida, conmigo, debido a la sociedad racista, patriarcal y capitalista en la que vivimos”. 

Lo cierto es que el cabello afro sigue siendo un motivo de discriminación al que no se le da suficiente importancia y atención. 

Es común encontrar un racismo encubierto en torno al cabello afro. Este sesgo no se queda en algo estético, pues tiene consecuencias en la forma en la que la persona conecta con su identidad. Y también, por ejemplo, en sus oportunidades laborales.

Decidir llevar el pelo afro al trabajo implica arriesgarse a pasar un mal rato e, incluso, ser penalizadas o despedidas. Por ello, muchas mujeres se sienten presionadas para alisar sus rizos u ocultarlos por medio de moños o extensiones y evitar usar estilos protectores tales como trenzas, bantu knots, entre otros.

Discriminación laboral

Estela lleva cinco años en el mercado laboral y ha sido protagonista de tres casos de discriminación por decidir dejarse crecer su cabello natural tras haberse rapado.

Lo que le ocurrió a Estela no es un caso aislado. Las mujeres negras con el pelo afro o rizado tienen 3,4 más probabilidades de ser percibidas como menos profesionales. Así lo confirma el estudio "The Crown Research Study” realizado en 2019 por Dove.

Este análisis también recoge que el 80% de las mujeres negras se ven obligadas a alisar su cabello para encajar en la oficina; y que el 58% de los adultos negros del Reino Unido afirman que la discriminación capilar ha afectado a su capacidad para progresar en el trabajo.

De la misma forma sucede en el entorno escolar,  1 de cada 4 adultos negros relata una experiencia negativa en el colegio, en relación con la textura de su cabello.

Los casos de discriminación capilar que se experimentan a lo largo de la vida de las personas afrodescendientes se han normalizado, tanto por parte de la sociedad, como por parte de los propios afectados. Por esta razón, el auge de los movimientos que ponen en valor los rasgos físicos de las personas afrodescendientes.
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