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Ngoy Ramadhani: "Utilizar el pelo afro como una herramienta de resistencia"

En esta entrevista, nos sumergimos en la experiencia personal de Ngoy Ramadhani, quien comparte la profunda conexión que tiene con su cabello afro y cómo se ha convertido en una manifestación de su identidad y orgullo cultural. A través de su cabello, Ngoy busca enlazar su herencia congoleña y honrar la memoria de Patrice Lumumba, un líder que luchó por la independencia de su país.

 

Además, conoceremos las experiencias y desafíos a los que ha enfrentado en relación con su cabello, desde los momentos de aceptación, hasta los intentos de alisarlo y las consecuencias de dichas decisiones.

 

A pesar de que las mujeres negras se enfrentan a una doble presión debido al machismo y al racismo, los hombres afrodescendientes también experimentan presiones relacionadas con su cabello. Estas presiones pueden manifestarse de diferentes maneras, desde la exigencia de alisar o modificar el cabello en el caso de las mujeres, hasta la presión de mantener estilos de cabello corto y convencionales en el caso de los hombres.

¿Podrías contarnos sobre tu conexión personal con tu cabello afro y cómo ha influido en tu sentido de identidad?

La relación que tengo con mi cabello es muy estrecha, porque lo considero como una parte esencial de mi propia personalidad y mi propia identidad,  especialmente,  desde los últimos diez años de mi vida. Intento representar a través de mi cabello lo que significa para mí el orgullo de mi país originario, que es el Congo.

 

Y dentro del Congo, pues el proceso de independencia que vivió a través de uno de sus líderes, que es Patrice Lumumba.  Entonces,  la forma en la que corto mi cabello es muy parecida a como la tenía él. Genero un vínculo que me recuerda constantemente de dónde vengo y este proceso de independencia que,  a este líder, le llevó a la muerte.

¿Cuál ha sido la actitud o los comentarios que has recibido en tu entorno familiar respecto a tu cabello afro?

En mi casa,  por ser hombre  - porque tengo solamente hermanas -  no me han dicho nada en concreto, excepto en una etapa de mi vida en la que quería alisármelo. 

 

Entonces ahí sí que me criticaron. Me dijeron que los hombres no hacen eso,  pero también es cierto que me he trenzado el pelo. Es decir, he llevado varios estilos. Por ejemplo timini que son las trenzas pegadas,  también trenzas, extensiones, etc.  Y. en esos momentos, también me han dicho: "esto es de mujeres". Pero  al final acaban aceptándolo. Tampoco me han metido mucha caña.

Has comentado que hubo una época en tu vida que pensaste en alisarte. Pero, ahora que ha pasado el tiempo ¿sabrías analizar por qué tuviste ese deseo de alisarte el cabello?

Es que no es que quisiera, es que me lo alisé. Y yo también creía que el ideal de belleza era tener el pelo liso y por eso pasé por ese proceso que en aquel momento era duro a nivel de dolor, pero me merecía la pena, porque me acercaba un poquito más a la belleza ideal, que es la belleza del blanco.

 

Entonces, desde el instituto, a muy corta edad, ya me lo empecé a alisar. Me lo peinaba de lado, con la raya  para parecer 'pijo'.  Luego,  también a veces me hacía el peinado afro un poco como para ir contrastando e ir a la moda. Y, el momento más difícil de mi vida fue cuando, antes de la boda de mi primera hermana, me lo alisé unos días antes.

¿Cuáles fueron las consecuencias?

No me lo aclaré bien y eso te lo tienes que lavar muy bien, porque es ácido que te quema.  ¿Entonces, qué pasó? Que al día siguiente me quemó el pelo y me desperté con toda la cabeza quemada,  pero burning, o sea, quemada de quemado,  ¿sabes? Y un trozo de la cabeza demasiado grande.  Yo, en la boda, tenía un rol principal que era el de llevar la Biblia por la iglesia, enseñándola. Es decir, ser totalmente visible a los ojos de todo el mundo en la iglesia.

 

Imagínate tener que pasar por ese momento con la cabeza quemada. Todo el mundo preguntándose qué me había pasado, parecía que me habían tirado ácido. Fue un momento muy vergonzoso.

De esa experiencia aprendí que maltratar mi cabello no es rentable. Además, de que buscar ese ideal de belleza eurocentrado tampoco. Me di cuenta que es un proceso que viví como víctima de una sociedad racista que había dibujado en mí  o había proyectado un deseable frente a lo no deseable.

Y lo deseable era tener el pelo liso, parecerme lo más fácil posible al blanco.  Huir también de todos esos chistes, bromas con respecto a mi pelo. No quería negar mi cabello, solo quería protegerme de una forma u otra  e imitar en cierto modo a otros negros que veía que se alisaban y yo pensaba: "no tiene que ser tan malo, ¿no?"

Después empecé a cambiar de referentes y con esto acabó. Y fue a partir de la película de Malcom X. de Spike Lee.   Cuando la escena en la que él está en la cárcel y se corta el pelo. Esto supone una transición.  Me gusta esa manera de representarlo porque supone un cambio de liberación o de concienciación con respecto a su identidad afro y la aceptación de su negritud.

 

Y fue esta película la que también me dio como un toque de atención de quizás necesitas ya transitar y aceptarte totalmente.  Y fue a partir de ese momento, alrededor de los 20 años, cuando decidí dejar de hacerlo así. 

¿Entonces se puede decir que no te vas a alisar nunca más?

Por supuesto,  nunca más. Nunca más. Ni se lo puedo recomendar a nadie,  ni a mis hijos, ni a mis amigas, ni a mis amigos, ni a nadie. Creo que hay múltiples alternativas que simplemente tenemos que conocer.  El problema es la falta de conocimiento y la falta de referentes. Y además, la falta de educación que tenemos sobre nuestro cabello afro, pues nos hace maltratarlo o no cuidarlo de la mejor forma posible.

 

Porque nuestros ancestros antiguamente no tenían químicos para alisar,  pero se peinaban y cuidaban su cabello. Sin embargo, a día de hoy, hay productos naturales que se están reivindicando y visibilizando tanto en Estados Unidos, como referencia, como en Europa y en el continente africano. Estos productos sirven, son asequibles y ya están al alcance,  que no es como antes que te tenías que ir a Londres a conseguirlos.

 

Y que, además, el cabello es bello. Es tan bello, que podemos hacer tantas cosas.  Y el pelo afro tiene tantas variedades que podemos sacar peinados y estilos de todos los lugares.  Luego, aparte, que nos protege más este tipo de peinado. No es casualidad, es que es está hecho para protegernos de sol o del ambiente. O de unas cosas y otras , así que nunca, nunca más alisaré mi pelo.

¿Cómo cuidas tu cabello? ¿Tienes alguna rutina?

Por un lado yo, en mi propia casa, he ido aprendiendo a lo largo de estos últimos años a peinar,  a utilizar una serie de productos como el aceite de karité o el aceite de coco.  Sin embargo, también voy a la peluquería, a profesionales que llegan a los lugares donde yo no puedo llegar y estos lugares los considero como santuarios.

Aun así, rutina como tal no tengo. Pero me encantaría.  Te juro que me encantaría, pero creo que todavía tengo que romper el cliché de la masculinidad tóxica que no me permite hacerme ese tipo de cuidado. El pensamiento de que es como algo para mujeres y que solo son técnicas que usan ellas porque tienen un pelo más complejo, más largo... y no, todos tenemos que cuidarlo

¿Sabes hacer trenzas?

Sí, sé trenzar, lo que no sé es enganchar.  Lo engancho, pero queda muy débil. La trenza se suelta rápido. Pero es por falta de práctica. Sí que lo puedo hacer. Y la verdad es que durante mucho tiempo me ha dado vergüenza decir que sé trenzar.

¿A nivel laboral te ha supuesto algún problema llevar el cabello afro? ¿Has sufrido discriminación laboral por ello?

¿Llevar mi pelo tal y como lo llevo ahora? No,  pero como lo he llevado otras veces, sí.  Es decir, cuando me he hecho trenzas pegadas o cuando me lo he dejado a lo afro tipo micrófono,  pues ahí sí, comentarios. "Eso es de mujeres" o "esta imagen no se ajusta a lo que quiere proyectar la empresa" y cosas así.

Tal como hemos comentado a lo largo de la entrevista. Además del aspecto físico, el cabello afro puede tener un significado cultural y social importante. ¿Cómo crees que el cabello afro contribuye a la representación y la afirmación de la identidad de las personas negras?

Hay muchísimas culturas en nuestros países, etnias, grupos,  tribus o como lo queramos llamar, donde el cabello cumple una labor muy importante. Y, en función de la edad que tengas o del estatus social que tengas,  el cabello es de una manera o de otra.

 

Yo creo que debido a la colonización o a los procesos de esclavización que hemos sufrido, hemos perdido mucha de esa información, de cómo deberíamos tratar nuestro cabello o del significado que tenía para esas comunidades el tema del cabello. Y luego, con la extensión del capitalismo y el patriarcado como lo conocemos,  pues a nosotros los hombres negros también se nos han insertado esas ideas de que el pelo es una cuestión de mujeres.

 

Sin embargo, creo que cada vez más hay una revolución en cuanto a la aceptación de la propia negritud.  En esa aceptación, entra la cuestión del cabello, que es fundamental, no como sujeto político.  También los hombres están aprendiendo a aceptar a las mujeres afros con sus cabellos diversos. Tanto el pelo corto como el pelo largo, como el pelo afro, como con trenzas.

 

Estamos aprendiendo a amar eso también como una belleza natural, sana y buena.  

Por último, ¿cómo crees que la aceptación y celebración del cabello afro puede contribuir a la lucha revolucionaria y al cambio social?

La necesidad de la aceptación de nuestro cabello como lucha revolucionaria es fundamental. Es decir, que muchas veces creemos que ser activista es ir y levantar el puño en una manifestación o aprenderse el discurso de Martin Luther King o de Angela Davis.

 

Y creo que nos equivocamos,  o que puede empezar con algo tan sencillo como la aceptación de nuestro pelo como sujeto político y que no aceptarlo, estar alisándose...da igual las excusas, todo el mundo tiene buenas excusas.  

Es negarse a sí mismo, es vivir en conflicto constantemente y vivir en conflicto, pues nos drena de energía,  drena de energía a las personas que están en nuestro entorno.

 

También, nos hace pagar un precio que no tenemos por qué pagar nosotros, ¿sabes?  Y utilizar esta herramienta, el pelo afro como una herramienta de lucha, de resistencia, de cambio, de revolución, etcétera. Así que, muchísimas gracias a ti por este momento también de reflexionar en torno al pelo afro.

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