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El rastro de la hoja de afeitar: la tradición del rapado durante el luto

por Ada Okenve

En los últimos años, ha sido notable la forma en que las personas negras han buscado reconectarse y reconciliarse con aspectos fundamentales de su identidad, como es el caso de nuestro cabello afro. Esta búsqueda ha involucrado un retorno al pasado, indagando en el significado que tenía nuestro cabello y el simbolismo que portaban distintos peinados a lo largo de las historias y las culturas africanas. 

Un ejemplo ya conocido es el del uso de las trenzas como mapas para huir durante el período de la esclavitud y esconder alimentos, como granos de arroz, semillas y oro. Difundir conocimiento de esta parte de la historia de los pueblos africanos esclavizados ha cobrado mucha importancia dentro de la lucha antirracista y de discriminación capilar a lo largo del mundo. 

Pues, contar con ella ha ayudado a que la diáspora africana le dé sentido, legitime y defienda la importancia y el respeto hacia el uso de peinados culturales que en muchas ocasiones han estado siendo utilizadas de manera banal e irrespetuosa por parte de personas externas a la comunidad negra.

No obstante, si nos fijamos, podemos darnos cuenta de que - con razón - cada vez que se habla del simbolismo de prácticas y comportamientos capilares, se hace poniendo el foco en el pasado y ya no tanto en el presente. Como si las razones del pasado en cuanto a comportamiento capilar afro solo tuvieran lugar en el pasado y que de ahí no llegasen a traspasar el tiempo hasta la actualidad.

Y es que, pese a que la colonización y a la esclavitud llegaron a erradicar parte del rastro cultural y capilar de los pueblos afro, hay prácticas capilares cuyo significado se ha mantenido hasta la actualidad. Tal es el caso de la práctica del rapado del pelo durante el luto.

Aparte de en la etnia fang, el rapado del cabello durante el luto se practica en las etnias ndowé, bubi, otras etnias africanas e, incluso, en la India. Resulta curioso que pese a ser zonas alejadas, se lleven a cabo las mismas práticas. Pero podría ser posible que la similitud en el uso de la misma práctica a pesar de ser continentes distantes se deba al valor y significado espiritual que tenía el pelo en ambos territorios.

Así, para muchas culturales africanas el pelo afro al ser la parte más elevada del cuerpo suponía la parte más cercana al cosmos y, por tanto, un elemento de conexión con lo divino. El significado detrás de esta práctica es bastante más puro de lo que me pareció al principio cuando supe de su existencia. 

Y es que la razón de ser de esta es que, para que el alma de la persona fallecida repose en paz y que los familiares que quedan en vida puedan empezar una nueva vida, tenían que cortarse el pelo. En ese sentido, raparse era como comenzar de nuevo.

En la tradición bubi puede verse esa conexión entre la acción de cortarse o no el pelo con lo espiritual, puesto que, en caso de que la viuda rechazase cortarse el pelo y seguir las tradiciones, aparte de considerarse una falta espiritual, las cosas malas que le llegasen a pasar se achacarían a su decisión de no haberse cortado el pelo y haber seguido las tradiciones.

 

Tanto a nivel interétnico como intraétnico pueden existir similitudes y diferencias en cuanto al procedimiento de la práctica. 

Por ejemplo, dentro de la etnia fang existen subgrupos, siendo uno el ntumu y el otro el okak. Mi padre es del primero y mi madre del segundo. La tradición del rapado en ambos grupos es diferente, ya que en la parte de mi padre la tradición demanda el rapado de pelo únicamente en las viudas y viudos, mientras que en la parte de mi madre la demanda se extendía a toda la familia cercana; es decir, descendencia, pareja, hermanos, hermanas, madres, padres, etc. No acceder a cortarse el cabello implicaba el pago de una multa (esto por parte de los okak). En la etnia bubi, la práctica se lleva a cabo al igual que de parte de los ntumu y, según tengo entendido, alguna tradición ndowé con respecto al rapado del pelo durante el luto es similar al fang okak.

Palmeras en la nieve

Escena de Palmeras en la Nieve en la que, tras la muerte de su marido Mosi, Bisila (Berta Vázquez) aparece con el pelo cortado para explicarle a Kilian (Mario Casas) que debe permanecer encerrada en una cabaña durante un tiempo como parte de la tradición bubi. Pero que después será libre para ir y hacer lo que quiera (representando la parte del nuevo comienzo tras la muerte de su difunto esposo).

Ciertamente, en el pasado el carácter obligatorio de la práctica prevalecía por encima de la voluntad propia. Pero con el paso del tiempo y la flexibilidad con respecto a las prácticas tradicionales en el mismo, la obligatoriedad se ha disipado, dando lugar a una práctica que se lleva a cabo por parte de viudas y viudos a cortarse el cabello si así lo desearan.

Recuerdo que cuando supe de esta práctica tradicional a los 13 años, aparte de parecerme injusta, me entró miedo de que un día me obligaran a cortarme el pelo en contra de mi voluntad sabiendo lo significativo que era mi pelo en aquel momento. Pues, en ese entonces se me presentó como una obligatoriedad sin contexto. No entendía por qué la mujer - especialmente sabiendo que muchas de ellas habían pasado por situaciones de violencia por parte de sus maridos -  debía perder algo tan preciado como el pelo por una circunstancia ajena a su voluntad. 

Pero habiendo descubierto que no es una práctica obligatoria sin más exclusiva para las mujeres (al menos en mi etnia), sino que tiene un significado más profundo y positivo, como lo es el seguir adelante y dejar ir a la persona fallecida, me siento más reconciliada y me hace darle otro sentido.

Me parece precioso.

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